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miércoles, 21 de septiembre de 2016

Un Mundo Feliz (Brave New World) de Aldous Huxley

   Esta novela de ciencia ficción y parodia, publicada en Reino Unido en 1932, nos cuenta sobre un futuro hipotético en el cual la tecnología es tan avanzada que está presente en cada aspecto de la vida del ser humano y destinada sólo a dar placer y mantener un constante flujo laboral. Los seres humanos son creados artificialmente y criados en masa en centros dedicados a ello por lo que ya no existen las familias. Además, la sociedad está dividida por castas que determinan el cociente intelectual y su función en la línea de trabajo. Las guerras y la pobreza son cosa del pasado, así como las naciones y estados dado que se disolvieron para dar paso al nuevo Estado Mundial, un único estado que domina el mundo y asegura la felicidad de la población. Porque eso es lo mejor de este nuevo mundo, TODOS SON FELICES.

   Nuestros protagonistas serán Lenina Crow, de la casta Beta-más y trabajadora genética que representa a un ciudadano típico de la época; Bernard Marx, Alfa-más, psicólogo con complejo de inferioridad debido a ser diferente a los demás integrantes de su casta y es despreciado y blanco de burlas por ello; y John “el Salvaje”, un joven nacido en una reserva para salvajes y que desconoce la “civilización”. Ellos son los principales responsables, entre otros, de que la historia avance y que nos permiten ver que después de todo no es un mundo muy feliz que digamos. Además de estos, nos encontraremos otros personajes que nos contarán sus historias ampliando, de esta manera, la información de cómo funciona esta sociedad.

   En esta novela, debo ser honesta, no pasa nada o, mejor dicho, no pasa casi nada. Los acontecimientos narrados son una excusa para tratar los temas sociales y culturales que a autor le interesaban, pero no por esto la trama es forzada. Nos encontramos con un mundo donde la gente es condicionada, desde el la fecundación artificial de los óvulos hasta la edad adulta, mediante diferentes métodos psicológicos y físicos para que respeten su lugar en la línea de trabajo, las reglas sociales y amen o desprecien lo que según el gobierno mundial deben amar u odiar. Todos aceptan esto sin siquiera plantearse cuestionarlo por lo que al llegar John, quien vivió en una sociedad casi primitiva, algunos personajes, incluido él mismo, se ven empujados a enfrentar cuestiones que nunca se habían planteado. En consecuencia, el gobierno se ve forzado a parar esta pequeña ola de individualismo y pensamiento filosófico perjudicial para la sociedad y que tanto tiempo les costara erradicar en el pasado.

   Entonces, dado que no pasa casi nada, ¿qué tiene de interesante? Como dije anteriormente, las acciones de los personajes y sus consecuencias son la excusa para hablar de la idea que el autor tenía sobre el futuro de la humanidad según los avances tecnológicos y el estado en que la sociedad se encontraba en 1932. A través de esta historia se nos plantean cosas como la deshumanización que provoca la tecnología, que solo tener placeres en la vida y huir de los conflictos y el dolor no nos permite madurar, los conflictos que surgen de la diversidad religiosa, política e ideológica. También aborda cuestiones como la sexualidad, la educación social, moral y académica; sobre la felicidad, la libertad y la intervención del estado en nuestro desarrollo ideológico. Así que, si bien no hay casi acción, son las cuestiones sociológicas y filosóficas que nos son planteadas las que hacen de esta novela una lectura muy interesante y que nos invita a pensar y cuestionar el mundo feliz y nuestro propio mundo.


   La disfruté mucho, aunque en ciertos momentos en que se volvía muy descriptiva en cosas como instalaciones de trabajo y métodos de fecundación entre otras, me resultó un poco pesada. En cierto momento de la novela me costó un poco seguirle el ritmo a la narración porque Huxley realizó una descripción casi cinematográfica combinando escenas, saltando de una a otra enlazándolas con un pequeño monólogo y que, en conjunto, expresan muy bien el concepto general de la novela pero que confunde un poco hasta que se le toma el ritmo.

   Un factor a tener en cuenta a la hora de considerar leer esta novela es que el autor se toma los primeros capítulos para describirnos el mundo, la sociedad, la ideología del Estado Mundial y otros aspectos pertinentes antes de traernos a los personajes a quienes dedica varios capítulos a describir sus vidas y personalidades, y entonces sí, mover la historia. En este punto, con la llegada a la reserva para salvajes, nuevamente pasamos por una descripción del entorno, conocemos nuevos personajes y se nos contará sus historias y sus personalidades, y nuevamente la historia avanzará.

   Se lo recomiendo a las personas a las que les gusta la distopía con poca acción y la crítica social. Aquellos que disfrutan de estos temas van a amarla. A mí me encantó, y mucho más porque durante la lectura acudían a mi memoria fragmentos de Ideología y aparatos ideológicos del Estado de Althusser, por lo que resultó más interesante debido a la temática similar. Pero como Althusser no escribía literatura, no voy a hablar de él.

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