Hablar de esta trilogía no estaba en mis planes. Para empezar, no es una
saga que pasa a la historia como una de las mejores que leí en mi vida sino
que, más bien, es lo contrario. Supe de Rubí por la recomendación de una amiga
que aseguraba que era “muy buena” y que “me enamoraría de los personajes”,
específicamente del protagonista masculino, un niño de dieciséis años que, dado
que yo tenía veintitrés en ese momento, me resultaba muy pequeño como para
“enamorarme”. La razón principal por la que decidí escribir esta entrada es que
vi demasiadas buenas críticas calificándola de “maravillosa”. Como no estoy de
acuerdo y no tengo a quien agobiar con mis opiniones, críticas y argumentos,
mejor lo escribo y dejo que vagueé por internet durante un indefinido tiempo hasta
que alguna persona quiera leerlo…
Conocida como Saga de las piedras
preciosas, nos cuenta la historia de una adolescente de dieciséis años
perteneciente a una familia poseedora de un gen que le permite viajar en el
tiempo. Este gen es heredado por la rama femenina y solo hay un heredero por
generación (al mismo tiempo, hay otra familia, los de Villiers, que heredan el
gen por la rama masculina). Los viajes temporales no son voluntarios, pueden
pasar en cualquier momento y durar solo unos minutos u horas enteras. Para
preparar a los viajeros y controlar sus saltos temporales existe una
organización secreta, fundada por el primer viajero, poseedora de la única
máquina del tiempo existente (el Cronógrafo) y que solo puede ser usada por
quienes tienen el gen. Esta organización se encarga de entrenar a los viajeros
con conocimientos sobre historia, etiqueta social, moda y demás temas, para que
pasen desapercibidos durante sus saltos. A cambio de este entrenamiento, los
viajeros deben realizar ciertos encargos para la organización, encargos
planificados por el fundador con quien tienen contacto constante desde el
pasado a través de los actuales viajeros.
Además de viajes en el tiempo, organizaciones secretas y relaciones
intertemporales con personas del pasado, esta saga tiene otros elementos
interesantes. La protagonista, Gwendolyn Shepherd, tiene la extraordinaria
habilidad de ver e interactuar con espíritus, cosa que le traerá problemas y ventajas;
y su tía tiene sueños premonitorios muy simbólicos. Todos estos elementos que
se suenan tan geniales darían a entender que la saga es una de las mejores que
puede haber, o eso creí cuando leí la sinopsis. Pero la realidad es otra. A
pesar de tener mucho simbolismo en los sueños de la tía y en la profecía (si,
también hay una profecía), no se les da la importancia necesaria. Hasta parece
que solo están para retrasar o entorpecer el avance de los protagonistas; para
que tengan “obstáculos” y plantear un “misterio” que, en realidad, no es tan
misterioso que digamos. Si bien, tanto los sueños premonitorios como la
profecía, nos advierten de lo que ocurrirá, y tienen sentido a medida que las
cosas van pasando, su función es solo esa. Se los deja muy de lado el resto del
tiempo.
La narración en primera persona, desde el punto de vista de Gwendolyn,
no funciona. Es muy limitada para lo que quiere contar. Nos deja siempre con
cosas sin definir del todo, con algunos cabos sueltos y sin profundidad de nada
que no sea ella (y hasta eso le falla). No tenemos muy claros a los personajes,
que son varios, como, por ejemplo, la prima que se supone era quien había
heredado el gen y fue entrenada desde siempre para ser viajera del tiempo hasta
que despertara su habilidad. Una vez que se establece que ella no es la
viajera, desaparece de la narración ocupando un lugar fantasma en el fondo del
escenario solo apareciendo cuando se necesitaba cierto conflicto en la relación
amorosa con Gideon de Villiers, el otro viajero. Lo mismo ocurre con otros
familiares, amigos, aliados, antagonistas, e incluso el mismo villano y nos
deja sin explicación de los motivos de cada uno.
Como otros autores de ficción dirigida a adolescentes, Kerstin Gier
considera-según demuestra en esta saga- que el romance es de suma importancia y
no puede faltar en una novela juvenil que se precie de serlo. De manera muy
lamentable, como otros autores han hecho, se equivocó rotundamente. El romance,
aunque muchos no estén de acuerdo, no es imprescindible para que una historia
funcione, y si lo incluyen, hasta puede arruinar el producto final. En este
caso, es totalmente fantasioso y para nada creíble. Gideon y Gwendolyn son
víctimas del ilógico “insta-love”, se ven un día y al otro son la pareja más
enamorada del universo. Pero claro, nada puede ser tan sencillo, así que le
ponemos un poco de “conflicto” con la prima y con la actitud un poco pedante de
este chico y ya está.
Bueno, ya voy diciendo bastantes cosas malas, ¿verdad? No se preocupen,
todavía tengo más.
Una cosa de esta saga que supera lo increíble del insta-love es que
¡todo pasa en menos de un mes! Las tres novelas solo abarcan un tiempo de
historia muy corto, lo que hace menos creíbles algunas cosas. Si bien hay
saltos en el tiempo, la narración es lineal y abarrotada de sucesos uno detrás
del otro con poco espacio para otras cosas. Yo me pregunto ¿¡Por qué!? ¿Qué
necesidad hay de acelerar todo y no darle el espacio que necesita? ¿Por qué no
contar un tiempo de historia de un año, como mínimo? Es un misterio que nunca
tendrá respuesta, al parecer.
Como los libros, o tomos, que componen esta saga son tres, paso a
describir un poco de cada una. Demás está contar el argumento porque lo
describí antes, así que voy a seguir descargando mi frustración intelectual
hablando de los fallos y aciertos de cada tomo.
Rubí: Acá nos enteramos de
cómo funciona todo lo referente a los viajes en el tiempo, la organización
secreta y de los conflictos que rodean a los protagonistas. Como dije anteriormente,
todo pasa muy rápido. Pero no por eso está bien desarrollado.
Zafiro: Esta es, para mí, la
mejor parte. Gwendolyn hace muchos viajes al pasado (porque es imposible viajar
hacia adelante), descubre intrigas detrás de las intrigas, traidores y complots.
Algo muy interesante de esta parte es que Gwendolyn debe hacer ciertas cosas en
el pasado para poder resolver otras en el futuro. También es donde ocurre el
“quiebre” de la relación mágica (de lo irreal que es, no por ser linda) entre
ella y Gideon. Es, por mucho, mejor que la anterior, más intrincada y mejor
desarrollada.
Esmeralda: Después del repunte de Zafiro, esperaba que esta tercera
entrega fuera igual o mejor. Mis esperanzas fueron destrozadas, pisoteadas y, luego,
incineradas hasta no dejar ni cenizas que atestigüen su existencia. Esmeralda sobra. No hay manera más suave
de decirlo. Comenzando inmediatamente donde termina la anterior, esta parte
solo estiró lo más posible la historia sin que pase nada emocionante. Centrándose
sólo en el romance poco verídico de los protagonistas, trayendo a la prima
despechada nuevamente a escena con un berrinche por no ser la elegida por el
gen ni por Gideon, deja de lado todo lo que la anterior novela había
construido. Hace a un lado a todos los personajes, a todos los viajes
temporales que mueven la historia, a las intrigas, y se reduce a ser una triste
novela rosa para niñas de doce años. Y, como si esto no fuera suficiente,
completa el paquete una resolución de la historia de menos de ocho páginas. Un
verdadero ejemplo de final exprés. Apresurado, simple, poco
original y predecible, este final deja tantos cabos sueltos que resulta
desesperante.
Es muy lamentable que un concepto tan genial fuera desperdiciado de esta
manera. Tiene todos los elementos para ser una gran saga, pero su autora no
tenía ni la menor idea de cómo desarrollarla. Por momentos da la sensación de
estar leyendo un fanfiction escrito por una niña de quince años. Y estoy segura
de que muchas chicas de quince pueden escribir mejor que esta mujer. Si tuviera
el poder de hacer que otro autor reescribiera esta obra a mi gusto, sin
dudarlo, elegiría las mangakas ClAMP pues tienen la capacidad de escribir
historias (en manga, claro) muy complejas, llenas de fantasía, giros
argumentales interesantes, profundidad filosófica y romance creíble y realista.
No cuesta nada soñar…
Si no te importa leer una saga con tantos fallos y solo querés algo
ligero y con un romance estúpido, esta es tu novela. Eso sí, te puedo asegurar
que hay novelas rosa más interesantes y mejor escritas que Rubí. Si lo que
buscas no entra en esos parámetros, ya estas advertido.
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