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sábado, 3 de diciembre de 2016

Abandonado en Marte de Lester del Rey

   En 1952 Ramón Felipe Alvarez-del Rey, más conocido como Lester del Rey, publicaba una novela de ciencia ficción centrada en las aventuras de grupo de científicos camino al planeta Marte y el tiempo que ahí permanecen tratando de sobrevivir en el planeta desierto.  

   Chuck Svencen es un joven de 17 años que acaba de pasar una difícil evaluación que determinará si es apto para ser parte de la primera tripulación que viajará al planeta rojo, regresa a Ciudad Luna, su hogar, para esperar los resultados de dicha prueba y prepararse para el gran viaje. La nave construida para la misión a Marte transportará a seis hombres especialista en distintas ramas científicas, siendo Chuck quien operaría los radares en caso de ser elegido. En Ciudad Luna no ocultan el orgullo que dicho puesto genera a todos los ciudadanos y tratan al chico como una celebridad. A lo largo de la novela seremos testigos de los preparativos y dificultades que Chuck enfrenta para viajar, el recorrido algo accidentado hasta Marte y, al fin, la llegada y el tiempo que permanecen en el planeta rojo.

   La novela es, se podría decir, ciencia ficción para adolescentes. No se dedica a nada más que a relatar los sucesos tales como el viaje, la llegada a Marte, los problemas que tienen antes, durante y después del viaje. Es una seguidilla de situaciones, aventuras y desventuras sin adentrarse en ningún tema complejo para su reflexión. Pero que esté enfocada solamente en la acción no quiere decir que sea mala, para mi gusto personal está bien. No es incoherente ni poco realista (suponiendo que los viajes interplanetarios no son algo “poco realista”) y, de acuerdo con la información disponible sobre el espacio y el planeta Marte en 1950, tampoco se puede decir que esté sacando de la galera cosas sin sentido ni justificación. El autor toma lo que se sabe hasta el momento y se dedica a especular e inventar explicaciones para ciertas cosas “inexplicables” o de “origen desconocido” que desconcertaba a los científicos de la época, algo característico de la ciencia ficción. Un factor importante es la manera en que plasma los detalles técnicos en cuanto a tecnología y a todo lo que se sabe de Marte y el espacio. Se da por sentado que sabemos de qué nos habla o que, en caso de no saberlo, tenemos la curiosidad suficiente como para investigar. Nunca nos subestima como lectores ni nos toma de tontos, y eso es algo que se agradece, pero es claro que está pensado para personas que tienen interés y conocimientos básicos sobre los temas. Por otro lado, al ser una novela escrita por un hombre en la década de los cincuenta del siglo XX sobre ciencia ficción, está escrita para adolescentes masculinos, todos los personajes son hombres (salvo la hermanita y la madre de Chuck que casi ni aparecen) y no se menciona, ni por casualidad, si es que las mujeres tienen puestos importantes en la política o la ciencia. Esto es algo normal de la época pues era de creencia popular que las mujeres no consumían otra cosa que no fuera romance. Sí, el machismo estaba a la orden del día. Salvo este pequeño detalle, no hay ni rastro de machismo en la narración.

   En cuanto a los temas que trata, podría decir que habla de afrontar las consecuencias de las decisiones que tomamos. Nuestras acciones tienen consecuencias que no sólo nos afectan a nosotros sino que también involucran a otras personas, y debemos pensar bien antes de hacer algo. Otro tema podría ser nunca rendirse; el protagonista las pasa negras en ciertos momentos pero, recordando las enseñanzas de su padre, decide ir hasta el final luchando a rendirse ante las adversidades*. Y por último, aunque estoy segura de que me quedan temas afuera, habla de no complicarse mucho las cosas. Hay veces en que nos quemamos el cerebro buscando una solución increíblemente complicada a algo cuando, en realidad, la solución más simple es la más efectiva.


   *Este mensaje me gustó mucho ya que es algo que mis propios padres me enseñaron. Es algo muy sentimental de mi parte, pero mi corazoncito no se resistió. 


   A pesar de que disfruté mucho con esta lectura (no podía evitar hacerme el ambiente de una película de ciencia ficción de los sesentas), hay un temita que me desagradó bastante. Como mujer del siglo XXI tengo una conciencia de respeto y admiración por las culturas distintas a la mía, tengo tendencia a sentir curiosidad y necesidad de entenderlas, buscar coincidencias y diferencias con mi cultura y adoptar las costumbres que considere me ayudarán a ser mejor persona. Es en este punto donde esta novela choca con mi ideología debido a que, ya en su última página, el autor hace evidente, por medio de un personaje, el típico pensamiento de erradicar otras culturas para poder “civilizar”. Ya desde capítulos anteriores manifestaba rasgos de este pensamiento diciendo cosas como que las culturas similares a las originarias de América son primitivas, o que, tanto los trabajos manuales como el respeto y adoración de la naturaleza, pertenece a culturas “retrasadas” o, tal y como ellos mismos lo dicen, “inferiores”. Comprendo que es algo muy común de aquellos años y que, quiero creer, ese pensamiento ya casi no existe en nuestros tiempos, pero juro que me chocó bastante. Aún así, y porque cosas como estas están presentes en casi todo y siempre voy a encontrar cosas que entren en conflicto con mi ideología, es una novela que tiene posibilidades de ser releída en el futuro porque, como dije, me gustó bastante. Aunque, mientras escribo esto, me doy cuenta de un punto importante al cual no puse atención en su momento. Haciendo un poco de memoria, noto que, cada vez que el doctor Sokolsky, especialista en medicina y botánica, decía cosas de este tipo, Chuck no parecía estar de acuerdo con ello. No es que se manifestara en contra de manera explícita, pero tampoco hacía lo contrario. Creo que el autor nos mostraba que las nuevas generaciones empezaban a tener una ideología un tanto distinta pero que, al ser jóvenes y pasar por una etapa de formación de la personalidad, indecisión e inseguridad en cuanto a ello, aún no podían manifestarlo abiertamente. Sí, esto es especular bastante con poca información. Supongo que cuando lo leas, sacarás tus propias conclusiones.

   En conclusión, es una novela ligera, entretenida y bastante disfrutable. No esperes encontrar en sus páginas el Santo Grial porque, aunque no es mala tampoco es maravillosa sino una más del montón. Si te gustan los viajes espaciales, la especulación sobre vida en otros planetas y las aventuras que viven los astronautas durante sus misiones, esta novela puede que te guste. Por otro lado, si te gustan las cosas un poco más profundas y no las “aventureras” que se centran más en la acción, puede que te parezca vacía, sin contenido.


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