jueves, 2 de febrero de 2017

Jane Eyre de Charlotte Brontë

          Bajo el pseudónimo de Currer  Bell  se publicaba, en 1847, la novela que catapultó  a la fama a la joven escritora Charlotte Brontë. Rompiendo con algunos estándares establecidos de la época, esta autora se atrevió a crear un personaje femenino fuerte y decidido que expresa sin tapujos sus disconformidades con el rol que como mujer le tocara interpretar.

     Jane Eyre comienza contándonos como una niña huérfana de tan solo diez años es maltratada por los únicos familiares que le quedan en el mundo, sus primos y su tía, ya que tanto sus padres como su tío (hermano de su madre) fallecieron cuando era ella un bebé. Que la señora Reed, su tía, prometiera a su marido cuidar de la niña cuando este partiera al otro mundo parece no tener importancia a la hora de tratar a la niña dado que, tanto la señora Reed como sus hijos y empleados de la casa,  no escatiman en insultos y golpes hacia Jane. Podemos decir que el término “cuidar” se limita a alimentar y vestir, y nunca a dar cariño o preocuparse por la salud emocional y física de la niña. Tal es la molestia que Jane representa para la familia, que la Señora Reed encuentra la solución perfecta para respetar el último deseo de su marido y, a la vez, deshacerse del incordio de tener que soportar a la chica en la casa: enviarla al colegio para niñas Lowood. Es así como Jane abandona la casa en la que viviera toda su vida hasta el momento y que, sin embargo, jamás pudo llamar hogar. Al llegar a Lowood se encuentra con un ambiente similar al de su anterior residencia sólo que esta vez no es la única maltratada. En este colegio pasa hambre, humillaciones y maltratos de todo tipo con el fin de convertirse en una mujer resistente, paciente y abnegada. Luego de ocho años en Lowood, dos de ellos como maestra, decide probar suerte ofreciéndose como institutriz siendo contratada por la señora Fairfax para enseñar a la pupila del señor Rochester, amo de Thornfield.

     La historia nos es contada por Jane  en primera persona, por lo que sabemos lo que piensa y siente en todo momento. Esto nos permite entender muy bien las decisiones, sentimientos y pensamientos de Jane, pero nos limita a ver a los demás personajes a través de sus ojos. Nunca podemos tener unja imagen completa y objetiva de los demás personajes y tenemos que conformarnos con las descripciones e impresiones que Jane tiene y nos proporciona sobre ellos. También tenemos este problema a la hora de interpretar las acciones de los demás personajes ya que Jane siempre duda de la verdadera intención detrás de estas, así que tampoco nosotros podemos estar seguros de lo que realmente significan. El punto positivo de este recurso es que la historia no se trata de lo que Jane está obligada a vivir sino de lo que ella siente, cree y opina sobre ello. Es una mujer fuerte e independiente que está muy segura de su lugar en la vida y el valor de su propia persona. Si bien no me gusta leer novelas escritas completamente en primera persona, esta es la excepción ya que está tan bien narrada que creo que no funcionaría de otra forma.

     Al igual que Agnes Grey (de Anne Brontë), Jane Eyre se trata de la historia de una institutriz sin recursos que se lanza a una difícil vida laboral, pero a diferencia de la primera, esta novela se enfoca en temas distintos.  Jane Eyre  trata temas y motivos como el amor, el valor que nos damos como personas y el poder que les damos a los demás sobre nuestra vida. Nos encontramos con cuestiones como la clase social y la forma en que interfiere a la hora de establecer relaciones y lazos afectivos ya que Jane es una institutriz pobre de clase baja y Rochester es un noble rico, y se espera que contraiga nupcias con alguien de “su clase” sin importar a quien ame en realidad. La familia es un tema importante, la relación que Jane tiene con su tía es particular y está plagada de rencores y culpas; Rochester tiene un tema un poco complejo con su pupila, ciertos rencores guardados hacia sus difuntos padre y hermano, y ambos anhelan tener una familia amorosa y unida. El concepto de matrimonio es un tema que se explora con unos cuantos ejemplos a través de la historia, desde los concertados por los padres, los matrimonios por conveniencia o para complacer a la sociedad y los matrimonios con y sin amor. Nos encontramos, también, con el Rol de la mujer en la sociedad, cómo una “no puede” sentir, pensar ni actuar como un hombre aún cuando, por dentro, seamos iguales.

     Con Jane Eyre somos testigos de un romance poco común. Tenemos a una institutriz que se enamora de su patrón y este de ella, pero tal romance no se da de una forma “normal” como en otras novelas románticas. Jane ama con gran fuerza, pero nunca deja que ese amor opaque el respeto y amor que se tiene a sí misma. Nunca vive para y por Rochester olvidándose de sus valores y creencias, y es este el conflicto de la historia.  Considero que esto es un tema importante, hay tantas novelas románticas en las que la protagonista deja de lado su individualidad y pierde su amor propio a favor del amor a su pareja, que resulta muy gratificante leer una que rompa con ese esquema trillado y poco sano. Otra diferencia con la novela de su hermana es que Jane no se queja constantemente, sólo se limita a contar los hechos y dar a conocer sus sentimientos consecuentes.

     Lo que encuentro de negativo, y es algo que también me choca de Anne Brontë, es el desagrado que la autora transmite, a través de su obra, hacia la gente con un nivel educativo inferior al suyo. En Jane Eyre no es tan obvio como en Agnes Grey que las hermanas detestan a los campesinos y personas con bajo nivel educativo. Rochester es un hombre muy culto de léxico rico y algo florido que se expresa con metáforas y referencias constantes a la mitología griega y obras icónicas de la literatura, mientras que Jane, a pesar de ser una mujer pobre de clase baja, creció en una escuela que se preciaba de ofrecer la mejor educación posible. Jane, al ejercer de maestra, habla de manera bastante despectiva sobre niños campesinos que deben dejar la escuela por largos períodos para trabajar en los campos, diciendo en varias ocasiones que sus esfuerzos en enseñarles eran vanos porque no tenían la inteligencia necesaria. Por otro lado, durante gran parte de la segunda mitad de la obra, se la pasa hablando de ser caritativo con quienes tienen menos fortuna en este mundo y amar a todos los hijos de Dios sin importar lo brutos e ignorantes  que sean. Esto trae consigo una doble moralidad evidente pero que, al parecer, la autora no era consciente de poseer o consideraba la máxima expresión del buen cristiano. Al parecer tanto las hermanas, como la sociedad de la época, eran tan despectivos e hipócritas que miraban a todos desde su podio sin siquiera pensar ni un momento que su modo de ver a las personas de bajos recursos era totalmente errada y sin fundamentos. Esta cuestión, si bien me molestó, no es muy relevante en comparación con el resto de los temas tratados. Que a mí me desagrade encontrar cosas así, es cosa mía. Pero quería dejar constancia de mi opinión al respecto.

     En conclusión, Jane Eyre es una novela que merece ser leída por todos. Con elementos como el romance, el feminismo, un toque de misterio y drama, es una lectura fundamental que toda persona debe realizar. Su fama y popularidad son muy justificadas y debería ser el ejemplo para futuras novelas románticas.

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