viernes, 6 de enero de 2017

Agnes Grey de Anne Brontë


    En 1847 salió a la venta la primera novela de la  joven autora Anne Brontë, bajo el seudónimo de Acton Bell, hermana menor de las también escritoras Charlotte y Emily.

     Agnes Grey nos cuenta las experiencias de una joven hija de clérigo quien, ante la crisis económica que atraviesa su familia, decide colocarse como institutriz y así aligerar la carga económica familiar. Por medio de contactos, rápidamente consigue hacerse con el puesto de institutriz de la familia Bloomfield y abandona la residencia Grey para ejercer su nueva profesión. Pero los sueños y esperanzas de esta joven de tan solo diecinueve años se ven destruidos al conocer a sus alumnos (¡y a sus familiares!) quienes no son más que pequeños monstruos incorregibles, ladinos y caprichos; viéndose forzada a luchar entre los berrinches y maldades de los niños y, también, con las contradictorias ordenes de unos padres consentidores que apañan y felicitan a los pequeños por su deplorable comportamiento, pero que al mismo tiempo exigen a su institutriz los eduque y controle sin darle autoridad real sobre los niños. La frustración, los nervios y la decepción hacen fuerte mella en la salud física y emocional de Agnes quien, aún ante la adversidad, pone todo de sí para salir adelante y lograr hacer su trabajo lo mejor posible.

     Esta novela se caracteriza por ser narrada en primera persona con el objetivo, según su narradora, de intentar ayudar a quienes pasen por una situación similar, y abarca los años que duró su profesión como institutriz. A través de sus páginas, somos testigos de las precarias condiciones en que las institutrices vivían y de los obstáculos que se encontraban durante el ejercicio de su profesión: padres consentidores, fríos y tiránicos que exigían más de lo que estas mujeres podían lograr con la poca o nula autoridad que se les otorgaba sobre los niños los cuales, a su vez, eran caprichosos, irrespetuosos, autoritarios y maliciosamente tramposos a tiempo completo. Agnes Grey es una de las pocas novelas que muestran el “lado oscuro” de la aristocracia (o al menos entre las que leí) mostrándonos lo tiránicos, poco considerados y desdeñosos que los miembros de esta clase podían ser con sus empleados.

     Siendo honesta, después de indagar sobre esta autora y leer lo que la crítica especializada dice sobre sus obras, esperaba más. Ya había leído Jane Eyre de Charlotte Brontë, novela que me encantó, y unos capítulos de Cumbres Borrascosas de Emily Brontë, por lo que al leer que Anne era mejor autora que sus hermanas es normal que mis expectativas estuvieran tan por el techo. Lamentablemente me tope con una novela que no satisface ni el veinte por ciento de mis expectativas. Por un lado es un monumento al resumen*, todo lo cuenta de forma apresurada y superficial reduciendo meses en poco más de un párrafo, enumerando las maldades y berrinches de los niños y empleadores en oraciones poco descriptivas excusando esto con la muy repetida frase de no querer “aburrir al lector”. Este abuso de síntesis hace que el lector no pueda hacerse una idea completa del ambiente en que se mueve Agnes, no podemos sentir la desesperación ni la impotencia de la joven institutriz porque todo lo relatado no parece más que acontecimientos aislados. Por otro lado le da mucha importancia a temas triviales dedicándole varias páginas a charlas y reflexiones religiosas sobre el amor a Dios; considero que estos temas van en contra con las supuestas intenciones de la novela que eran ayudar a quienes se encuentren en circunstancias parecidas laboralmente. La propia Agnes me parece engreída pues se considera superior a sus alumnos ya que estos no tienen la tranquilidad ni los modales propios de las personas "buenas y bien educadas", cualidades que ella sí posee. De esta manera se tiene a sí misma como alguien humilde, no cómo las personas que la emplean quienes son derrochadores, egocéntricos, mimados y egoístas. Esto último no es de gran importancia, generalmente es un personaje querible, aún cuando, dada la obsesión de la autora con el resumen, no sea fácil comprenderla sintiendo que no hace otra cosa más que quejarse y amargarse por cosas estúpidas.

*RESUMEN: Técnica relacionada con el RITMO narrativo mediante la cual un periodo de tiempo amplio del TIEMPO DE LA HISTORIA ocupa, por síntesis, una dimensión reducida en el TIEMPO DEL DISCURSO.
Darío Villanueva, Comentario de textos narrativos: La novela. Gijón: Ediciones Júcar, página 196.

     En conclusión, esta novela parece el resumen de una historia más extensa y detallada. Todo el potencial que el argumento ofrece se ve desperdiciado de forma lamentable dejando una pobre sombra de lo que pudo haber sido. Si no tenés problemas con todo lo que a mí me molestó, es posible que te encante porque, muy a pesar de sus fallos, es una historia entretenida y fácil de leer… bueno, en su mayoría, porque cuando se pone a hablar sobre amar a Dios y toda la palabrería religiosa, la lectura se me volvió pesada y mi concentración se fue de paseo.

     Para no quedarme con una mala impresión de Anne, planeo leer su otra novela La inquilina de Wildfell Hall, así que pronto estaré escribiendo nuevamente sobre esta autora.