domingo, 18 de diciembre de 2016

Reflexionando: La importancia de la ficción

   La ficción es, para mí, parte esencial de la vida. Sin la ficción, estoy segura, no sería la persona que soy, no disfrutaría de la vida de la misma forma. No me imagino lo horrible que sería mi vida sin ficción: sin series, sin películas, sin novelas ni cuentos, sin mangas… Es necesaria para distraernos de lo cotidiano, de nuestros problemas y frustraciones, ocupando nuestras mentes el tiempo suficiente como para no pensar en el trabajo, los exámenes, las disputas familiares o las complicaciones económicas. ¿Quién no se siente mejor después de ver una película o leer un buen libro? ¿Quién no huye de una manera u otra a un mundo ficticio para deshacerse del estrés diario? Una telenovela, una película de comedia, un cómic… ¡las opciones son infinitas! todas cumplen la misma función: entretenernos. Pero, ¿y si no sólo nos entretenemos? ¿Y si, además de ver cómo nos invaden extraterrestres y las naciones se unen para defender el mundo, también estamos viendo cómo reacciona el ser humano ante lo desconocido y amenazante?

   A las personas a las que no les gusta la ficción *-¡existen! Conozco algunas- les parecen muy estúpidas las películas o series de ciencia ficción o fantasía, por ejemplo (es exagerado decir que TODOS piensan así, lo sé, hay quienes no lo hacen). Para ellos son irreales, sin sentido y no aportan nada al intelecto. Creen, desde una perspectiva un poco desinformada supongo yo, que no tienen nada que ver con la realidad y que, por lo tanto, no sirven para desenvolverse en sociedad. Ya ni llevo la cuenta de las veces que escuché estas cosas. Tampoco me molesto en intentar argumentar a favor de la ficción, sé por experiencia que no hay manera de hacerles comprender mi punto de vista. Quienes disfrutamos de la ficción, sabemos que estos argumentos no son reales. Bueno, hay un poquito de verdad, pero no es absoluta. Sabemos que en un cuento o una serie podemos encontrar conceptos muy interesantes sobre el ser humano, la sociedad, el inconsciente, etc. Si sabemos ver más allá de lo explicito, leer entre líneas, podemos sacar mucho más de un relato de lo que nos imaginamos. 

* Esto no es, de ningún modo, una crítica a quienes no gustan de la ficción. Están en todo su derecho de expresar su rechazo y no soy nadie para cuestionar sus preferencias, solo es una opinión personal sobre el tema.

   La ficción es el reflejo de nuestro mundo, de nuestra sociedad; un espejo de la naturaleza humana. Explora supuestos; eso que no pasa o que podría llegar a pasar, experimentando con las infinitas posibilidades. Es así que nos encontramos con planteamientos como: ¿Qué pasaría si todos los seres humanos tuvieran poderes psíquicos?, ¿Y si solo unos pocos los tuvieran?, ¿Si viajamos por el espacio y encontramos vida en otros planetas?, ¿Cómo sería el mundo si un hubiera ocurrido la revolución industrial?, y un infinito etcétera. Abarca muchísimos temas de distintas maneras, desde lo meramente “irreal” como serían mundos medievales donde la magia es moneda corriente hasta un día típico de una familia típica veraneando en la playa. Podemos  encontrarnos con novelas que tocan temas familiares como las relaciones entre padres e hijos, por ejemplo, y podemos encontrarnos con otras que  se dedican a tratar temas existencialistas, como el sentido de la vida desde el punto de vista de distintas especies humanoides de toda la galaxia. Las variantes son muchas, pero la intención es la misma: plantear un tema e invitarte a reflexionarlo.
  
   La ficción es, en simples palabras, un lugar donde las leyes de la realidad en la que vivimos no nos limitan pero aún así debe parecerse lo más posible a ella, con personajes que sean lo más reales posible, con conflictos similares a los nuestros ya sea que pasen en el espacio como que pasen en un reino de Elfos. Es esta cualidad la que nos permite aprender sobre nosotros mismos desde otras perspectivas. Podemos explorar todas las cosas que se nos ocurran de la manera más loca que podamos imaginar y, aún así, estaríamos reflejando en ella el mundo real. No importa las excusas que utilicemos para tratar los temas porque todas son validas. Podemos hablar de las consecuencias de los enfrentamientos bélicos adaptándolos a un mundo post tercera o cuarta guerra mundial, o sobre la importancia de proteger el medio ambiente en un mundo donde la contaminación acabó con casi toda la vida y el agua. La ficción nos da las herramientas para poder reflexionar cosas que nunca nos habíamos planteado pero que son de suma importancia para nuestro crecimiento como individuos y como sociedad.

   Como dije, dentro del campo de la ficción nos encontramos con temas diversos e interesantes que son tratados de maneras distintas y con diferentes grados de intensidad. Encontramos novelas como Un Mundo Feliz, por ejemplo, en donde no pasa casi nada (y eso poco que pasa no es muy interesante que digamos), pero que es muy intenso en cuanto a contenido ideológico y crítica social se refiere. Y nos encontramos, también, con otras al estilo de 84 Charing Cross Road que nos cuenta sobre la amistad de una mujer y los empleados de una librería al otro lado del mundo por medio de cartas, pero que plantea los temas de forma muy suave y lo que más importa es la historia. Hay para todos los gustos y preferencias.


   No es muy relevante qué tipo de ficción leas ni el grado de importancia que se le dé a los temas que trata, lo que de verdad importa es que reflexiones sobre ellos y puedas crecer como ser humano.

sábado, 3 de diciembre de 2016

Abandonado en Marte de Lester del Rey

   En 1952 Ramón Felipe Alvarez-del Rey, más conocido como Lester del Rey, publicaba una novela de ciencia ficción centrada en las aventuras de grupo de científicos camino al planeta Marte y el tiempo que ahí permanecen tratando de sobrevivir en el planeta desierto.  

   Chuck Svencen es un joven de 17 años que acaba de pasar una difícil evaluación que determinará si es apto para ser parte de la primera tripulación que viajará al planeta rojo, regresa a Ciudad Luna, su hogar, para esperar los resultados de dicha prueba y prepararse para el gran viaje. La nave construida para la misión a Marte transportará a seis hombres especialista en distintas ramas científicas, siendo Chuck quien operaría los radares en caso de ser elegido. En Ciudad Luna no ocultan el orgullo que dicho puesto genera a todos los ciudadanos y tratan al chico como una celebridad. A lo largo de la novela seremos testigos de los preparativos y dificultades que Chuck enfrenta para viajar, el recorrido algo accidentado hasta Marte y, al fin, la llegada y el tiempo que permanecen en el planeta rojo.

   La novela es, se podría decir, ciencia ficción para adolescentes. No se dedica a nada más que a relatar los sucesos tales como el viaje, la llegada a Marte, los problemas que tienen antes, durante y después del viaje. Es una seguidilla de situaciones, aventuras y desventuras sin adentrarse en ningún tema complejo para su reflexión. Pero que esté enfocada solamente en la acción no quiere decir que sea mala, para mi gusto personal está bien. No es incoherente ni poco realista (suponiendo que los viajes interplanetarios no son algo “poco realista”) y, de acuerdo con la información disponible sobre el espacio y el planeta Marte en 1950, tampoco se puede decir que esté sacando de la galera cosas sin sentido ni justificación. El autor toma lo que se sabe hasta el momento y se dedica a especular e inventar explicaciones para ciertas cosas “inexplicables” o de “origen desconocido” que desconcertaba a los científicos de la época, algo característico de la ciencia ficción. Un factor importante es la manera en que plasma los detalles técnicos en cuanto a tecnología y a todo lo que se sabe de Marte y el espacio. Se da por sentado que sabemos de qué nos habla o que, en caso de no saberlo, tenemos la curiosidad suficiente como para investigar. Nunca nos subestima como lectores ni nos toma de tontos, y eso es algo que se agradece, pero es claro que está pensado para personas que tienen interés y conocimientos básicos sobre los temas. Por otro lado, al ser una novela escrita por un hombre en la década de los cincuenta del siglo XX sobre ciencia ficción, está escrita para adolescentes masculinos, todos los personajes son hombres (salvo la hermanita y la madre de Chuck que casi ni aparecen) y no se menciona, ni por casualidad, si es que las mujeres tienen puestos importantes en la política o la ciencia. Esto es algo normal de la época pues era de creencia popular que las mujeres no consumían otra cosa que no fuera romance. Sí, el machismo estaba a la orden del día. Salvo este pequeño detalle, no hay ni rastro de machismo en la narración.

   En cuanto a los temas que trata, podría decir que habla de afrontar las consecuencias de las decisiones que tomamos. Nuestras acciones tienen consecuencias que no sólo nos afectan a nosotros sino que también involucran a otras personas, y debemos pensar bien antes de hacer algo. Otro tema podría ser nunca rendirse; el protagonista las pasa negras en ciertos momentos pero, recordando las enseñanzas de su padre, decide ir hasta el final luchando a rendirse ante las adversidades*. Y por último, aunque estoy segura de que me quedan temas afuera, habla de no complicarse mucho las cosas. Hay veces en que nos quemamos el cerebro buscando una solución increíblemente complicada a algo cuando, en realidad, la solución más simple es la más efectiva.


   *Este mensaje me gustó mucho ya que es algo que mis propios padres me enseñaron. Es algo muy sentimental de mi parte, pero mi corazoncito no se resistió. 


   A pesar de que disfruté mucho con esta lectura (no podía evitar hacerme el ambiente de una película de ciencia ficción de los sesentas), hay un temita que me desagradó bastante. Como mujer del siglo XXI tengo una conciencia de respeto y admiración por las culturas distintas a la mía, tengo tendencia a sentir curiosidad y necesidad de entenderlas, buscar coincidencias y diferencias con mi cultura y adoptar las costumbres que considere me ayudarán a ser mejor persona. Es en este punto donde esta novela choca con mi ideología debido a que, ya en su última página, el autor hace evidente, por medio de un personaje, el típico pensamiento de erradicar otras culturas para poder “civilizar”. Ya desde capítulos anteriores manifestaba rasgos de este pensamiento diciendo cosas como que las culturas similares a las originarias de América son primitivas, o que, tanto los trabajos manuales como el respeto y adoración de la naturaleza, pertenece a culturas “retrasadas” o, tal y como ellos mismos lo dicen, “inferiores”. Comprendo que es algo muy común de aquellos años y que, quiero creer, ese pensamiento ya casi no existe en nuestros tiempos, pero juro que me chocó bastante. Aún así, y porque cosas como estas están presentes en casi todo y siempre voy a encontrar cosas que entren en conflicto con mi ideología, es una novela que tiene posibilidades de ser releída en el futuro porque, como dije, me gustó bastante. Aunque, mientras escribo esto, me doy cuenta de un punto importante al cual no puse atención en su momento. Haciendo un poco de memoria, noto que, cada vez que el doctor Sokolsky, especialista en medicina y botánica, decía cosas de este tipo, Chuck no parecía estar de acuerdo con ello. No es que se manifestara en contra de manera explícita, pero tampoco hacía lo contrario. Creo que el autor nos mostraba que las nuevas generaciones empezaban a tener una ideología un tanto distinta pero que, al ser jóvenes y pasar por una etapa de formación de la personalidad, indecisión e inseguridad en cuanto a ello, aún no podían manifestarlo abiertamente. Sí, esto es especular bastante con poca información. Supongo que cuando lo leas, sacarás tus propias conclusiones.

   En conclusión, es una novela ligera, entretenida y bastante disfrutable. No esperes encontrar en sus páginas el Santo Grial porque, aunque no es mala tampoco es maravillosa sino una más del montón. Si te gustan los viajes espaciales, la especulación sobre vida en otros planetas y las aventuras que viven los astronautas durante sus misiones, esta novela puede que te guste. Por otro lado, si te gustan las cosas un poco más profundas y no las “aventureras” que se centran más en la acción, puede que te parezca vacía, sin contenido.


viernes, 18 de noviembre de 2016

Verónica de Suzanne Pairault

   Hasta el momento me dediqué a hablar de libros de temática adulta y, un poco, de libros dirigidos al público juvenil. Pueden estar de acuerdo o no con mi opinión de cada uno de estos libros, es claro que cada uno saca sus propias conclusiones y forma su propio criterio. Pero eso no viene al caso ahora. Hoy quiero hablar de un libro infantil más viejo que yo y que, desde una postura sentimental de mi parte, es especial.

   Uno podría decir que su importancia emocional está ligada a ser el primer libro que leí, o que me hiciera soñar siendo niña… Pero no. La verdad es que cuando este libro cayó en mis manos, yo tenía 18 años.

   Esta novela llegó a mí en forma de un regalo. No es la gran cosa, al menos no para la mayoría de las personas. Pero para mí sí que lo es. Lo importante es quién me lo regaló, por qué y las palabras que dijo al dármelo. Es algo que siempre voy a recordar.

   Mi edición es del año 1965 y pertenece a la editorial KAPELUZ. Sin embargo, al parecer, la edición original en francés es de 1954. La mía consta de 189 páginas y posee ilustraciones a color y en blanco y negro, algo muy común en las colecciones de libros infantiles de la época. Es una pena que ya no salgan ediciones como esas dado que, al parecer, los cuentos infantiles en la actualidad son de “usar y tirar” porque se rompen muy rápido o se deshojan. Bueno, no entremos en esos temas. Lo que quería señalar con todo esto es que, a pesar de tener sus buenos años, se conserva en muy buenas condiciones.

   Verónica nos cuenta la historia de una huérfana de trece años que vive en un orfanato para niñas. Su vida se ve cambiada para siempre cuando recibe la noticia de que encontraron a sus familiares y que estos quieren llevarla consigo. Verónica, que siempre soñó con que alguien la adoptara, se sintió realmente dichosa de que algo tan extraordinario le ocurriera justo a ella. Pero no todo es perfecto y de color de rosas, sus familiares, tío, tía y primo (éste de casi la misma edad de Verónica), son personas bastante snob que viven a costa de la fortuna que la niña heredara de sus fallecidos padres. Aún así, después de años de maltratos en el orfanato por parte de la directora, empleados del hospicio, compañeras del colegio y los padres de éstas que la discriminaban por ser “una niña expósita”, Verónica se siente muy feliz de, por fin, tener una familia aunque estos no sean muy simpáticos ni cariñosos que digamos. Es así como pasa de ser la criada del orfanato que se ocupa de la limpieza, cuidado de las huérfanas más pequeñas, ayudante de cocina, etc., a ser una suerte de princesita de la aristocracia francesa viviendo en un castillo y con todos los lujos que podría imaginarse. Una suerte de cenicienta, si se quiere, pero sin príncipe.

   Dado que se trata de una novela infantil, no puedo ser muy exigente, pero hay que reconocer que es una historia atrapante y bien escrita. Si bien por momentos parece que se torna un poco densa, momentos en los que nada pasa, si se presta atención, notaremos que no están porque sí y que, al final, tienen sentido. La historia de esta niña nos hace ver cosas tan simples como la amistad, pero es la amistad pura de los niños, sin condiciones, abierta y generosa. El amor familiar también es importante, Verónica conocerá a un excéntrico tío que vive viajando de un país a otro y al que le apasiona todo lo que tenga que ver con culturas nativas de países como África o Brasil, y la niña se contagiará de esta pasión creando un hermoso vínculo con este hombre. Otro tema tratado es la diferencia entre el mundo de los niños, esa forma de vivir tan simple, pura y directa, y el mundo de los adultos, con dobles intenciones, intrigas y la forma de ver las cosas más complejas de lo que podrían ser. Por momentos será hasta predecible, aunque creo que está bien ya que hablamos de un cuento dedicado a niños.

   Los personajes son un estereotipo, si. Tenemos a la protagonista huérfana que vivió una infancia injusta plagada de maltratos y discriminación, pero que pese a eso es el alma más pura y comprensiva del mundo. Un ángel en la tierra que ve lo bueno hasta en las personas más horrendas y crueles. El matrimonio Sivry, un par de aristócratas que creen que el dinero es lo único que define a una persona, aunque paralelamente sean unos mantenidos que no posean dinero propio. El exótico tío Carlos, un hombre rico, si, pero que gana su fortuna escribiendo sobre las variadas culturas con las que convive durante años adoptando sus costumbres. Blas, un niño de granja, pobre, analfabeta pero muy inteligente, entablará una linda amistad con Verónica. Tenemos a otros personajes como una anciana cocinera que adoptará una actitud protectora digna de una abuelita, un granjero autoritario y cruel, entre otros. Si, son personajes típicos, pero funcionan bien juntos además de no ser forzados.

   Dejando de lado el sentimentalismo, es una novela muy linda para dárselo a niñas de once a trece años pues cuenta una historia bonita, sencilla y que, al mismo tiempo, empieza a tener un argumento más parecido a la literatura para los adultos pero conservando la simpleza de los cuentos para niños más jóvenes. Los mensajes que nos deja su lectura son atemporales, enseña sobre el valor de la amistad, la importancia de la familia, que las clases sociales no son importantes y que el dinero no es algo que nos defina como mejores o peores personas. Definitivamente vale la pena tenerlo en nuestra biblioteca y ser leído, si es que tienen la suerte de encontrarlo en ventas de segunda mano o rescatarlo de algún galpón o pila de cosas viejas acumuladas por años, debido a que no han salido nuevas ediciones (al menos no en mi país).


jueves, 3 de noviembre de 2016

Releyendo: La mascara de la muerte roja de Edgar Allan Poe

   Cuando leemos un relato, lo que de él abstraemos está influenciado y condicionado por nuestras experiencias previas. Leer algo nuevo puede modificar nuestra forma futura de interpretar otras cosas, claro, pero son las experiencias anteriores las que nos permiten asimilar nuevas cosas. Es así como, cuando leemos, por ejemplo, un cuento, lo interpretamos de una forma y cuando, pasados unos años, lo releemos, interpretamos de manera diferente y abstraemos cosas que antes no. Las experiencias entre un momento y otro de lectura del mismo relato son distintas y nuestra mente, ahora, tiene más información para trabajar en la traducción y asimilación de los nuevos datos que le proporcionamos.

   Cuando leí La Máscara de la Muerte Roja por primera vez, tendría no más de once o doce años.  En aquella época no tenía, de ningún modo, la información ni la experiencia de vida necesarias para poder interpretar de forma completa el cuento. No digo que ahora lo entienda AL COMPLETO, pero sí que entiendo un poco más y mejor los simbolismos que, en mi niñez, no fui capaz de notar. ¡La experiencia de la relectura fue gratificante! Ahora, a mis veinticinco años, puedo decir que tengo algo de experiencia como para entender algunas cosas que el relato plantea implícitamente. Pero antes de pasar a explicar estas experiencias que cambiaron mi percepción de un relato escrito 149 años antes de mi nacimiento, mejor hablemos del argumento, que por más que sea sencillo, me heló la sangre las dos veces que lo leí.

   La Máscara de la Muerte Roja nos cuenta cómo un príncipe, ante la amenaza de una peste letal llamada Muerte Roja, junta a cientos de sus cortesanos que no resultaron afectados por la enfermedad y se encierra en un castillo junto con ellos durante meses, disfrutando de fiestas mientras la Muerte Roja se cobra las vidas de casi todos en la ciudad. La historia tiene lugar durante una de esas fiestas, una fiesta de disfraces y máscaras, cuando llega un invitado no deseado. No es el gran argumento, la verdad. El cuento no abarca más que unas cuantas páginas y la mayoría del relato se dedica a describir la peste, los salones del castillo, el decorado y la atmosfera de la fiesta. Solo en las últimas dos páginas podemos pasar la acción de la historia.

   En mi niñez, cuando lo leí por primera vez, mi mente se centró en los acontecimientos. Me imaginaba perfectamente la enfermedad, la fiesta, la gente que bailaba disfrazada y, lo más aterrador y grotesco para mí, las mascaras aunadas al gentío, la música y los colores de los salones poco iluminados. La muerte no tenía significado para mí, lo que me aterraba era la fiesta en sí, la atmosfera… Cabe aclarar que no me gustan las máscaras. Me resultan perturbadoras. El no saber quien se oculta detrás de una es inquietante. Esto es algo que me desagradaba incluso desde muy chiquita, por lo que la forma en que Poe describe la mascarada me produjo un gran impacto, algo que me acompaña hasta el día de hoy. Como iba diciendo, en su momento solo vi lo que mi mente estaba preparada para ver. Cuando lo releí, más de una década después, pude ver cosas que en ese primer momento se me escaparon.

    Recientemente, charlando con mi hermano, salió el tema de Poe y la tuberculosis, una enfermedad que odio con todo mi ser. Hablamos sobre cómo este autor podría ser un portador de la enfermedad sin que esta se manifieste en él pero que le permita contagiar a otras personas. Nosotros sabemos bastante sobre esta maldita enfermedad, dado que la razón de nuestro odio hacia ésta radica en que casi se cobrara la vida de mi hermano, el mismo con el que teorizábamos sobre Poe. Si, la tuberculosis casi mata a mi hermano, y también afectó a otro de mis hermanos. Pero fue el primer caso el peor. Ver a una persona quedar piel y huesos, saber que el medicamento puede matarlo por lo fuerte que es para un chico de quince que pesa 39 kilos, o peor, que los narcóticos no sean lo suficientemente fuertes como para erradicar la enfermedad de su cuerpo; escucharle toser constantemente y, en los momentos que no tosía, sentir el terror helado de que haya dejado de respirar no es, para nada, algo que le deseara ni al peor de mis enemigos. Pero, ¿Qué tiene esto que ver con Poe y con La Máscara de la Muerte Roja? La respuesta es simple: la mayoría de las muertes de los seres queridos de este hombre se la atribuyen a la tuberculosis, y fue esto lo que inspiró al autor para crear a la Muerte Roja. Las características de la enfermedad son manchas rojas sobre todo el cuerpo y, lo más importante, escupir sangre en la fase terminal.

   Cuando tenía doce años, no conocía nada de esto. Nunca me había imaginado que sería testigo de cómo esta horrible enfermedad consume a las personas. Y muchísimo menos de que sería a mis propios hermanos. Así que, en mi primera lectura, el terror a la tuberculosis y a la muerte me era ajeno. Sin embargo, ahora, puedo ver claramente el sentido detrás de la muerte roja. Puedo volver a sentir el pánico de, posiblemente, ver morir a mis hermanos.

   Otra cosa que la primera vez carecía de importancia es el repiqueteo del reloj de ébano en el salón negro y cómo afectaba a los danzarines y músicos. Los perturbaba hasta el punto de paralizarlos de inquietud y, quizás, hasta de miedo. Primero había creído que era solo para crear tensión, pero ahora me doy cuenta de que representa el paso de las horas y la cuenta regresiva hasta el inevitable final que una enfermedad incurable conlleva (recordemos que en aquellos tiempos la tuberculosis era incurable). El salón negro, en sí, representa la muerte, como veremos hacia el final del relato.

   Por último, creo, quedaría el concepto del encierro y el final del cuento, que, si no lo leíste aún, no voy a arruinártelo. El que el príncipe se encerrara junto a su corte lo había interpretado de manera muy literal. Creía que recurrió a esto porque temía enfermarse y estar solo… bueno, ¡tenía doce años! Es lógico que lo vea de esa forma. Lo que ahora puedo decir de esto es que, dado el historial de muertes que Poe presenció y sufrió por la tuberculosis, representa la sensación de impotencia que él sentía al no poder huir de la enfermedad. Irremediablemente, sin importar qué medidas se tomaran, la tuberculosis siempre le arrebataba a alguien.

   Es grandioso, para mí, notar cómo cambió mi forma de interpretar las cosas en todos estos años. A pesar de haber pasado la peor experiencia de mi vida, que por gracia de todos los dioses, nunca llegó a peor ya que mis hermanos están totalmente recuperados. Estoy segura de que dentro de otra década voy a leer este cuento y a interpretarlo de manera distinta. Esto es, también, parte de la maravilla que es la literatura, el poder leer siempre lo mismo pero asimilarlo de manera distinta y que nos transforme cada vez.

jueves, 20 de octubre de 2016

Arlequín, servidor de dos patrones (Il servitore di due padroni) Carlo Goldoni (1745)

   Esta obra pertenece a la comedia del arte, un tipo de teatro que consta de tramas sencillas, generalmente sobre las aventuras y vicisitudes de una pareja de enamorados ante la oposición familiar, o tipos del entorno social. Consta de vestuario y máscaras carnavalescas, además de añadir acrobacias.

   En tan solo tres cortos actos, Il servitore di due padroni, nos cuenta la historia de Trufaldino, un criado contratado por un tal Federico Rasponi y que tiene la viveza de darle sus servicios, también, a Florindo Aretusi sin que ninguno de los dos se entere de la existencia del otro patrón. Dos patrones: doble comida y doble sueldo, pensó Trufaldino, pero en lo que no pensó es en los problemas que eso conlleva.

   A lo largo de la obra veremos a Trufaldino repartir su tiempo entre ambos patrones enredando las cosas e inventando excusas para salir de los líos en los que se mete. Sin embargo, no solo de eso se trata la obra. Nuestra historia empieza con una ceremonia de compromiso entre Silvio (hijo del Doctor Lombardi) y Clarisa (hija de Pantaleón de Bisognosi), dos jóvenes que se aman con locura. Todo es perfecto hasta que el emotivo momento es interrumpido por la inesperada llegada de Federico Rasponi, prometido de Clarisa, quien se presumía muerto. Ante tal noticia reina la confusión: ¿Rasponi con vida?, ¿En la entrada esperando ser atendido?, ¿El compromiso entre Clarisa y Silvio se verá afectado? Pantaleón hace entrar a quien se llama a sí mismo Federico Rasponi, un hombre al que nunca vio pero que es socio suyo en unos importantes negocios, motivo por el cual comprometió a su hija con él. Inmediatamente aparece en escena la que, a las claras, es una mujer vestida como hombre. La explicación de esto es que Beatriz, hermana de Federico, se hace pasar por él para poder viajar libremente y así encontrar al hombre que ama y que huye de la justicia.

   Con este argumento, Carlo Goldoni logra un balance entre lo cómico, Trufaldino y sus picardías, y lo serio, los problemas a los que Silvio y Clarisa se ven enfrentados por culpa de la jugarreta de Beatriz al hacerse pasar por Federico. Lo divertido de esta obra son las obviedades que los personajes no son capaces de ver por sí mismos pero que son notorias para el público o el lector. Podemos ver claramente esto en Beatriz, es obvio que está disfrazada de hombre, sin embargo los demás personajes no se dan cuenta de esto salvo, claro, Brighella (posadero y testigo del compromiso de Silvio y Clarisa) porque ya conocía a los hermanos desde antes. Las meteduras de pata y las excusas de Trufaldino son simples y tontuelas lo que por momentos me recordó programas como El Chavo o Superagente 86.

   Encontré muy interesante cómo algunos personajes presentan pensamientos un tanto adelantados a la época, se podría decir, dado que, al haber sido escrita en 1745, encontramos que los personajes femeninos expresan a voces su desacuerdo con la forma en que los hombres creen tener dominio sobre la vida de las mujeres. De alguna manera hay un mensaje en defensa de las mujeres poniendo en evidencia cómo los hombres arreglan sus vidas sin tenerlas en consideración o cómo las juzgan y condenan sin detenerse a pensar en si son inocentes o no. También encontré que, al igual que con las mujeres, hace lo mismo con las condiciones en que algunos patrones tenían a sus empleados. Trufaldino siempre habla de los golpes, el hambre y las sobre exigencias que él o sus conocidos vivieron bajo el servicio de algunos amos. Esta ideología es disimulada por la comedia constante aunque, también, la usa para satirizar estas situaciones y hacer llegar el mensaje de forma cómica.   

    Disfruté mucho esta lectura. Es corta, ligera, entretenida y divertida. Se la recomiendo a quien disfrute de leer obras teatrales y, si tienen la gran fortuna de verla representada, ¡aprovechen la oportunidad!

lunes, 3 de octubre de 2016

Rubí, Zafiro y Esmeralda (trilogía) de Kerstin Gier


   Hablar de esta trilogía no estaba en mis planes. Para empezar, no es una saga que pasa a la historia como una de las mejores que leí en mi vida sino que, más bien, es lo contrario. Supe de Rubí por la recomendación de una amiga que aseguraba que era “muy buena” y que “me enamoraría de los personajes”, específicamente del protagonista masculino, un niño de dieciséis años que, dado que yo tenía veintitrés en ese momento, me resultaba muy pequeño como para “enamorarme”. La razón principal por la que decidí escribir esta entrada es que vi demasiadas buenas críticas calificándola de “maravillosa”. Como no estoy de acuerdo y no tengo a quien agobiar con mis opiniones, críticas y argumentos, mejor lo escribo y dejo que vagueé por internet durante un indefinido tiempo hasta que alguna persona quiera leerlo…


   Conocida como Saga de las piedras preciosas, nos cuenta la historia de una adolescente de dieciséis años perteneciente a una familia poseedora de un gen que le permite viajar en el tiempo. Este gen es heredado por la rama femenina y solo hay un heredero por generación (al mismo tiempo, hay otra familia, los de Villiers, que heredan el gen por la rama masculina). Los viajes temporales no son voluntarios, pueden pasar en cualquier momento y durar solo unos minutos u horas enteras. Para preparar a los viajeros y controlar sus saltos temporales existe una organización secreta, fundada por el primer viajero, poseedora de la única máquina del tiempo existente (el Cronógrafo) y que solo puede ser usada por quienes tienen el gen. Esta organización se encarga de entrenar a los viajeros con conocimientos sobre historia, etiqueta social, moda y demás temas, para que pasen desapercibidos durante sus saltos. A cambio de este entrenamiento, los viajeros deben realizar ciertos encargos para la organización, encargos planificados por el fundador con quien tienen contacto constante desde el pasado a través de los actuales viajeros.

   Además de viajes en el tiempo, organizaciones secretas y relaciones intertemporales con personas del pasado, esta saga tiene otros elementos interesantes. La protagonista, Gwendolyn Shepherd, tiene la extraordinaria habilidad de ver e interactuar con espíritus, cosa que le traerá problemas y ventajas; y su tía tiene sueños premonitorios muy simbólicos. Todos estos elementos que se suenan tan geniales darían a entender que la saga es una de las mejores que puede haber, o eso creí cuando leí la sinopsis. Pero la realidad es otra. A pesar de tener mucho simbolismo en los sueños de la tía y en la profecía (si, también hay una profecía), no se les da la importancia necesaria. Hasta parece que solo están para retrasar o entorpecer el avance de los protagonistas; para que tengan “obstáculos” y plantear un “misterio” que, en realidad, no es tan misterioso que digamos. Si bien, tanto los sueños premonitorios como la profecía, nos advierten de lo que ocurrirá, y tienen sentido a medida que las cosas van pasando, su función es solo esa. Se los deja muy de lado el resto del tiempo.

   La narración en primera persona, desde el punto de vista de Gwendolyn, no funciona. Es muy limitada para lo que quiere contar. Nos deja siempre con cosas sin definir del todo, con algunos cabos sueltos y sin profundidad de nada que no sea ella (y hasta eso le falla). No tenemos muy claros a los personajes, que son varios, como, por ejemplo, la prima que se supone era quien había heredado el gen y fue entrenada desde siempre para ser viajera del tiempo hasta que despertara su habilidad. Una vez que se establece que ella no es la viajera, desaparece de la narración ocupando un lugar fantasma en el fondo del escenario solo apareciendo cuando se necesitaba cierto conflicto en la relación amorosa con Gideon de Villiers, el otro viajero. Lo mismo ocurre con otros familiares, amigos, aliados, antagonistas, e incluso el mismo villano y nos deja sin explicación de los motivos de cada uno.

   Como otros autores de ficción dirigida a adolescentes, Kerstin Gier considera-según demuestra en esta saga- que el romance es de suma importancia y no puede faltar en una novela juvenil que se precie de serlo. De manera muy lamentable, como otros autores han hecho, se equivocó rotundamente. El romance, aunque muchos no estén de acuerdo, no es imprescindible para que una historia funcione, y si lo incluyen, hasta puede arruinar el producto final. En este caso, es totalmente fantasioso y para nada creíble. Gideon y Gwendolyn son víctimas del ilógico “insta-love”, se ven un día y al otro son la pareja más enamorada del universo. Pero claro, nada puede ser tan sencillo, así que le ponemos un poco de “conflicto” con la prima y con la actitud un poco pedante de este chico y ya está.

   Bueno, ya voy diciendo bastantes cosas malas, ¿verdad? No se preocupen, todavía tengo más.

   Una cosa de esta saga que supera lo increíble del insta-love es que ¡todo pasa en menos de un mes! Las tres novelas solo abarcan un tiempo de historia muy corto, lo que hace menos creíbles algunas cosas. Si bien hay saltos en el tiempo, la narración es lineal y abarrotada de sucesos uno detrás del otro con poco espacio para otras cosas. Yo me pregunto ¿¡Por qué!? ¿Qué necesidad hay de acelerar todo y no darle el espacio que necesita? ¿Por qué no contar un tiempo de historia de un año, como mínimo? Es un misterio que nunca tendrá respuesta, al parecer.

   Como los libros, o tomos, que componen esta saga son tres, paso a describir un poco de cada una. Demás está contar el argumento porque lo describí antes, así que voy a seguir descargando mi frustración intelectual hablando de los fallos y aciertos de cada tomo.

   Rubí: Acá nos enteramos de cómo funciona todo lo referente a los viajes en el tiempo, la organización secreta y de los conflictos que rodean a los protagonistas. Como dije anteriormente, todo pasa muy rápido. Pero no por eso está bien desarrollado.

    Zafiro: Esta es, para mí, la mejor parte. Gwendolyn hace muchos viajes al pasado (porque es imposible viajar hacia adelante), descubre intrigas detrás de las intrigas, traidores y complots. Algo muy interesante de esta parte es que Gwendolyn debe hacer ciertas cosas en el pasado para poder resolver otras en el futuro. También es donde ocurre el “quiebre” de la relación mágica (de lo irreal que es, no por ser linda) entre ella y Gideon. Es, por mucho, mejor que la anterior, más intrincada y mejor desarrollada.

   Esmeralda: Después del repunte de Zafiro, esperaba que esta tercera entrega fuera igual o mejor. Mis esperanzas fueron destrozadas, pisoteadas y, luego, incineradas hasta no dejar ni cenizas que atestigüen su existencia. Esmeralda sobra. No hay manera más suave de decirlo. Comenzando inmediatamente donde termina la anterior, esta parte solo estiró lo más posible la historia sin que pase nada emocionante. Centrándose sólo en el romance poco verídico de los protagonistas, trayendo a la prima despechada nuevamente a escena con un berrinche por no ser la elegida por el gen ni por Gideon, deja de lado todo lo que la anterior novela había construido. Hace a un lado a todos los personajes, a todos los viajes temporales que mueven la historia, a las intrigas, y se reduce a ser una triste novela rosa para niñas de doce años. Y, como si esto no fuera suficiente, completa el paquete una resolución de la historia de menos de ocho páginas. Un verdadero ejemplo de final exprés. Apresurado, simple, poco original y predecible, este final deja tantos cabos sueltos que resulta desesperante.

   Es muy lamentable que un concepto tan genial fuera desperdiciado de esta manera. Tiene todos los elementos para ser una gran saga, pero su autora no tenía ni la menor idea de cómo desarrollarla. Por momentos da la sensación de estar leyendo un fanfiction escrito por una niña de quince años. Y estoy segura de que muchas chicas de quince pueden escribir mejor que esta mujer. Si tuviera el poder de hacer que otro autor reescribiera esta obra a mi gusto, sin dudarlo, elegiría las mangakas ClAMP pues tienen la capacidad de escribir historias (en manga, claro) muy complejas, llenas de fantasía, giros argumentales interesantes, profundidad filosófica y romance creíble y realista. No cuesta nada soñar…

   Si no te importa leer una saga con tantos fallos y solo querés algo ligero y con un romance estúpido, esta es tu novela. Eso sí, te puedo asegurar que hay novelas rosa más interesantes y mejor escritas que Rubí. Si lo que buscas no entra en esos parámetros, ya estas advertido.

viernes, 30 de septiembre de 2016

84 Charing Cross Road de Helene Hanff


   Hoy le toca el turno a esta novela epistolar que recopila a correspondencia entre una autora de Nueva York, Helene Hanff, y los empleados de la librería de segunda mano, Marks & Co. ubicada en el N° 84 de la calle Charing Cross Road en Londres, a lo largo de veinte años.

   Dado que se trata de una recopilación de cartas reales entre estas personas no hay un “argumento” que describir. Se puede decir, sin embargo, que la relación comienza cuando Helene escribe a esta librería para encargar unos libros que le cuesta conseguir en su ciudad. Un encargo sucede a otro y otro más hasta que, debido a su personalidad abierta, la relación con el encargado de la correspondencia en la librería se estrecha cada vez más y entablan una bonita amistad  que llega a incluir a todos los empleados de la tienda y hasta a sus familiares y vecinos. Cuando Helene se entera de las privaciones que los empleados viven debido a la depresión post guerra, se encarga de hacerles llegar algunos alimentos y otros detallitos, lo que nos demuestra lo generosa que una persona puede llegar a ser con gente que, aunque no conoce personalmente, considera importantes para sí.

   Con estas cartas somos testigos del verdadero sentido de la amistad. No importa cuán lejos esté alguien, o si nos conocemos en persona o no, lo que importa es el vínculo que construimos. Y es casi imposible no trasladar esta relación mediante epístolas entre los años 1949-1969 a la actualidad y a nuestras propias vidas ya que, debido a la facilidad para comunicarnos internacionalmente gracias a internet, la mayoría de nosotros mantenemos amistades virtuales con personas que viven a kilómetros de nosotros. Seguramente esa amistad empezó de la misma manera que en la novela, hablando en alguna página, foro, blog, etc. de un tema de interés mutuo, y que poco a poco fue estrechándose compartiendo detalles de nuestras vidas hasta forjar una bonita amistad.

   Lamentablemente, dado que no es ficción y que se trata de cartas, todo lo que sabemos de los “personajes” se nos da a conocer por ellos mismos-en algunos casos por amigos o familiares- y no hay una gran descripción de ellos. Esto puede tomarse como bueno y malo a la vez, conocemos mucho sobre su personalidad por su forma de expresarse y lo que cuentan, pero sabemos poco más allá de lo que ellos dicen o dejan ver.
  
   Recomiendo esta novela a quienes disfrutan de una lectura casual (es muy cortita) sobre amistad y libros ya que Helene siempre, sin importar a quien escriba, hace referencia a algún texto que leyó o estaba leyendo. Si te gusta escribir cartas y leer las de otras personas, este es el indicado.

lunes, 26 de septiembre de 2016

Ready Player One de Ernest Cline

   Cuando me planteé el escribir sobre esta novela de Ciencia ficción me vi enfrentada a un pequeño dilema: ¿qué puedo decir de una novela de la que ya habló todo el mundo? ¿Qué puedo aportar? Dudé bastante hasta que me decidí a ver algunas reseñas que dan vueltas por ahí. Al verlas, pude desterrar todas mis dudas. Cada persona es distinta y percibe las cosas de formas diferentes. Cuando leemos, interpretamos y abstraemos conceptos que otros tal vez no. En consecuencia llegué conclusión de que sí hay algo que puedo aportar, puedo hablar de lo que yo interpreté y de lo que yo abstraje de la lectura. Esta es mi opinión de Ready Player One.



   Es el año 2044, los combustibles fósiles se acabaron, la economía es un desastre y las personas prefieren mil veces pasarse el día metidas en un juego de realidad virtual antes que en el mundo real. Oasis, el paraíso virtual con millones de jugadores de todo el mundo, fue creado por James Halliday, un diseñador de videojuegos que no puede dejar ir sus años dorados de la década de 1980. Es así como, haciendo gala de su pasión por la cultura de esa época y al mejor estilo de sus héroes diseñadores de juegos, al morir hace público el más loco, original y controversial testamento: Quien logre encontrar el huevo de pascua* que él mismo escondió en Oasis, será el heredero de toda su fortuna, la cual comprende doscientos cuarenta mil millones de dólares. La respuesta es inmediata. Millones de jugadores de Oasis emprenden una carrera desenfrenada en busca de las tres llaves y las tres puertas que los llevará al Huevo de Halliday. Algo totalmente comprensible, ¿quién no querría conseguirlo si con ello se le soluciona la vida? Es en dicha carrera que resaltarán dos facciones enemigas: los Gunters, jugadores con las mismas pasiones que Halliday; y los Sixers, empleados de una empresa que quiere hacerse con el dinero a cualquier costo.

* (easter egg)Es un mensaje o capacidad oculta en videojuegos. En la novela se explica bien en qué consiste

   Narrada en primera persona desde la perspectiva de un adolescente Gunter obsesionado con Halliday y la década de 1980 (Wade Watts en la vida real y Parzival en Oasis), nos adentraremos de lleno en esta carrera contra reloj en busca de Huevo de Halliday, conoceremos amigos, enemigos y aliados, y nos enteraremos de todo lo que Oasis representa para esta sociedad futura.

   La historia, aunque simple, no decae en ningún momento. Eso sí, el autor se toma bastante tiempo en presentarnos los mundos, el real y Oasis, en detallar todo lo referente a la búsqueda del huevo dado que pasan cinco años desde la lectura del testamento hasta el comienzo de la historia, y en describirnos a Halliday y sus seguidores, los Gunters. La complejidad del mundo creado por este autor es tal que necesita explayarse en explicaciones de casi todo lo que lo comprende para poder desarrollar la historia y que se entienda. Esto puede cansar a algunos lectores si no tienen el interés ni la paciencia necesaria como para leer miles de referencias a los pasados `80s y que, para colmo, por lo general no actúan como móvil de la historia sino, más bien, como evidencia de la obsesión de algunos personajes por la cultura pop. Personalmente, esto no fue un impedimento para mí, le encontré un atractivo único y diferente a la mayoría de los relatos de Ciencia Ficción.

   Ready Player One es un homenaje a la cultura pop y al mundo gamer de la década de 1980. Está plagada de referencias a la música, la TV, el cine y, sobre todo, a los videojuegos ochenteros. Combina de manera perfecta los viejos videojuegos arcade con un posible juego de realidad virtual además de darle un ambiente retro y a la vez futurista. El mundo virtual, Oasis, es bastante complejo, comprende diferentes mundos que poseen sus propias características como, por ejemplo, mundos para pelear con otros jugadores, para hacer vida social, mundos académicos con escuelas, y muchos más.  Posee las características de un juego online actual pero también funciona como red social y de comercio. Oasis funciona como si fuera el mundo real.

   Los temas que plantea esta novela son muy interesantes. Nos encontramos con interrogantes como, por ejemplo, ¿es el internet una herramienta de interacción social o, en realidad, nos limita?, ¿es un amigo virtual realmente un amigo?, ¿lo conocemos realmente o sólo es una personalidad falsa? un mundo virtual y la vida que en ella llevamos, ¿es real? Durante toda la novela nos vamos topando con estas preguntas, y casi es imposible no trasladarlas a nuestra propia vida y replantearnos nuestra relación con las redes sociales y con el mundo “real”. Yo misma tengo amigos “virtuales” a los que no vi en persona ni, seguramente, veré en mi vida. Y estoy segura de que muchos de ustedes estarán en iguales condiciones. Esta novela habla mucho de las relaciones, los amigos, el romance (si es tu novio/novia virtual, ¿es una relación real?), la familia. Pero también habla de la verdadera personalidad de la gente. Cómo, detrás de una identidad ficticia, nos sentimos más confiados de ser quienes en realidad somos, esos que nunca demostramos ser en el mundo real.

   Le recomiendo esta novela a los amantes de los videojuegos, principalmente de los viejos juegos ochentosos. A todo aquel que le guste la cultura pop, ya sea por nostalgia o por curiosidad. Si disfrutan de relatos lleno de referencias y descripciones más que de la historia en sí, que no es mala pero tampoco una genialidad, esta es su novela.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Un Mundo Feliz (Brave New World) de Aldous Huxley

   Esta novela de ciencia ficción y parodia, publicada en Reino Unido en 1932, nos cuenta sobre un futuro hipotético en el cual la tecnología es tan avanzada que está presente en cada aspecto de la vida del ser humano y destinada sólo a dar placer y mantener un constante flujo laboral. Los seres humanos son creados artificialmente y criados en masa en centros dedicados a ello por lo que ya no existen las familias. Además, la sociedad está dividida por castas que determinan el cociente intelectual y su función en la línea de trabajo. Las guerras y la pobreza son cosa del pasado, así como las naciones y estados dado que se disolvieron para dar paso al nuevo Estado Mundial, un único estado que domina el mundo y asegura la felicidad de la población. Porque eso es lo mejor de este nuevo mundo, TODOS SON FELICES.

   Nuestros protagonistas serán Lenina Crow, de la casta Beta-más y trabajadora genética que representa a un ciudadano típico de la época; Bernard Marx, Alfa-más, psicólogo con complejo de inferioridad debido a ser diferente a los demás integrantes de su casta y es despreciado y blanco de burlas por ello; y John “el Salvaje”, un joven nacido en una reserva para salvajes y que desconoce la “civilización”. Ellos son los principales responsables, entre otros, de que la historia avance y que nos permiten ver que después de todo no es un mundo muy feliz que digamos. Además de estos, nos encontraremos otros personajes que nos contarán sus historias ampliando, de esta manera, la información de cómo funciona esta sociedad.

   En esta novela, debo ser honesta, no pasa nada o, mejor dicho, no pasa casi nada. Los acontecimientos narrados son una excusa para tratar los temas sociales y culturales que a autor le interesaban, pero no por esto la trama es forzada. Nos encontramos con un mundo donde la gente es condicionada, desde el la fecundación artificial de los óvulos hasta la edad adulta, mediante diferentes métodos psicológicos y físicos para que respeten su lugar en la línea de trabajo, las reglas sociales y amen o desprecien lo que según el gobierno mundial deben amar u odiar. Todos aceptan esto sin siquiera plantearse cuestionarlo por lo que al llegar John, quien vivió en una sociedad casi primitiva, algunos personajes, incluido él mismo, se ven empujados a enfrentar cuestiones que nunca se habían planteado. En consecuencia, el gobierno se ve forzado a parar esta pequeña ola de individualismo y pensamiento filosófico perjudicial para la sociedad y que tanto tiempo les costara erradicar en el pasado.

   Entonces, dado que no pasa casi nada, ¿qué tiene de interesante? Como dije anteriormente, las acciones de los personajes y sus consecuencias son la excusa para hablar de la idea que el autor tenía sobre el futuro de la humanidad según los avances tecnológicos y el estado en que la sociedad se encontraba en 1932. A través de esta historia se nos plantean cosas como la deshumanización que provoca la tecnología, que solo tener placeres en la vida y huir de los conflictos y el dolor no nos permite madurar, los conflictos que surgen de la diversidad religiosa, política e ideológica. También aborda cuestiones como la sexualidad, la educación social, moral y académica; sobre la felicidad, la libertad y la intervención del estado en nuestro desarrollo ideológico. Así que, si bien no hay casi acción, son las cuestiones sociológicas y filosóficas que nos son planteadas las que hacen de esta novela una lectura muy interesante y que nos invita a pensar y cuestionar el mundo feliz y nuestro propio mundo.


   La disfruté mucho, aunque en ciertos momentos en que se volvía muy descriptiva en cosas como instalaciones de trabajo y métodos de fecundación entre otras, me resultó un poco pesada. En cierto momento de la novela me costó un poco seguirle el ritmo a la narración porque Huxley realizó una descripción casi cinematográfica combinando escenas, saltando de una a otra enlazándolas con un pequeño monólogo y que, en conjunto, expresan muy bien el concepto general de la novela pero que confunde un poco hasta que se le toma el ritmo.

   Un factor a tener en cuenta a la hora de considerar leer esta novela es que el autor se toma los primeros capítulos para describirnos el mundo, la sociedad, la ideología del Estado Mundial y otros aspectos pertinentes antes de traernos a los personajes a quienes dedica varios capítulos a describir sus vidas y personalidades, y entonces sí, mover la historia. En este punto, con la llegada a la reserva para salvajes, nuevamente pasamos por una descripción del entorno, conocemos nuevos personajes y se nos contará sus historias y sus personalidades, y nuevamente la historia avanzará.

   Se lo recomiendo a las personas a las que les gusta la distopía con poca acción y la crítica social. Aquellos que disfrutan de estos temas van a amarla. A mí me encantó, y mucho más porque durante la lectura acudían a mi memoria fragmentos de Ideología y aparatos ideológicos del Estado de Althusser, por lo que resultó más interesante debido a la temática similar. Pero como Althusser no escribía literatura, no voy a hablar de él.

jueves, 15 de septiembre de 2016

El Sueño de los Héroes de Bioy Casares

Allá por el año 2013, me fue asignada esta novela como parte de un examen para la asignatura Taller L. E. O. (Lectura, Escritura y Oralidad). Era la primera vez que leía algo de este autor por lo que no tenía ni idea de qué iba a encontrarme.
La experiencia de lectura y asimilación de esta novela fue muy distinta a la de cualquier cosa que haya leído antes ya que tuve que leerla y analizarla con mi grupo de examen que estaba conformado por cuatro personas más que variaban de edades entre los treinta y sesenta años. Debido a esto, la riqueza de opiniones ligadas a las experiencias vividas por cada una de las integrantes de ese variado grupo de generaciones mezcladas, influyó mucho en mi manera de ver la novela. Fue una gran oportunidad para ver un texto narrativo desde otras perspectivas, las cuales nunca podría haber considerado si hacía el trabajo sola.

A continuación les adjunto la reseña que debí escribir.
No se preocupen por la terminología técnica, más abajo va a estar todo explicado.

El Sueño de los Héroes de Bioy Casares

Publicada por la editorial Losada en 1954, es considerada la mejor obra de este autor y la que lo emparejaría con su amigo Jorge Luis Borges. Esta novela de género fantástico, nos embarca en un viaje en el que lo normal y lo sobrenatural se funden y confunden haciéndonos dudar de la verdadera naturaleza de los hechos.
Emilio Gauna, un joven de veintiún años, vive en los carnavales de 1927 lo que para él sería la mejor experiencia de su vida. En compañía de sus amigos y del respetado doctor Valerga, invierte el dinero ganado en una apuesta de caballos, en tres días con sus noches de festejo y alcohol en los diversos barrios de Buenos Aires, de los que recordaría fragmentos fugases pero esplendorosos que atesoraría por el resto de su vida. Como un héroe mitológico, Gauna soñará (lindando un poco con la obsesión) con recuperar su objeto más preciado: los recuerdos de lo acontecido en el carnaval de 1927, cuando vivió grandes aventuras, e incluso encontró el amor verdadero (el espiritual) personificado en una joven enmascarada en la última noche de festejo. Para ello, intentará repetir las mismas acciones y visitar los mismos lugares y con las mismas personas que en el ´27 en los carnavales de 1930.
Con esta obra, Bioy Casares logra cumplir con los requisitos de cómo debe ser una obra de género fantástico según el estructuralista Tzvetan Todorov, quien estableció que un relato fantástico obliga a los lectores a considerar el mundo de los personajes como un mundo real, y a vacilar entre una explicación natural y una explicación sobrenatural de los acontecimientos evocados, pues el lector puede reconocer la toponimia de Buenos Aires, y la caracterización de los personajes se asemeja a la de personas típicas de un barrio típico. Así también, en el relato son reconocibles explicaciones naturales sobre los hechos narrados, como explicaciones sobrenaturales que nos hace dudar de la existencia de una fuerza mágica e intangible que obra para influenciar en el desarrollo de los acontecimientos de tal forma que parezca solo una cadena de coincidencias.
No solo el elemento fantástico es lo importante de esta historia, ni el revivir los carnavales el único tema. También podemos encontrar diversos motivos como por ejemplo el valor, que aparece definido de maneras distintas según cada personaje y que sería uno de los complejos del protagonista; el amor, uno real (Clara, la hija del brujo) y uno idealizado (la máscara de la tercera noche), y la relación que se establece entre Clara y Emilio; el hombre ideal, que es el concepto de hombre en el cual Gauna debe convertirse; y la amistad, que se representa con el grupo de el doctor Valerga y Larsen. Es posible observar una evolución psicológica y emocional, y acaso un proceso de maduración por parte del protagonista en el cual los lectores lo acompañamos a través de los tres años del tiempo de la historia que abarca la narración. El lector puede sentirse cerca y tal vez identificado con nuestro protagonista Emilio Gauna, es testigo de los acontecimientos y descubre las respuestas a los misterios al mismo tiempo que él, pues el narrador omnisciente se comporta de forma selectiva en tanto a la información que nos brinda y la forma de hacerlo mediante la focalización y punto de vista desde la perspectiva de el protagonista.
En conclusión, El Sueño de los Héroes de Bioy Casares, es una novela representativa del género fantástico que nos lleva a dudar y razonar acera de cuestiones tan simples y complejas como el valor, la amistad, el amor y la posibilidad o imposibilidad de cambiar el propio destino.  En palabras del mismo Brujo Taboada:
“En el futuro corre, como un río, nuestro destino, según lo dibujamos aquí abajo. En el futuro está todo, porque todo es posible.”


Motivos: Mas concreto que el tema, y por lo tanto, pueden haber varios en un solo texto narrativo. Los motivos mueven la historia y permiten desarrollar el tema.
tema: El “asunto” general tratado en la narración, puede ser amor, muerte, etc.
Toponimia: Conjunto de los nombres propios de un territorio o de un lugar.
Tiempo de la historia: Espacio temporal que abarca la historia. En el caso de El sueño de los héroes, el tiempo de la historia es de tres años (entre 1927 y 1930).
Focalización y punto de vista: El punto desde el que se contemplan los elementos y puede corresponder a un personaje de la historia o estar fuera de ella.*
*Una Araña en el zapato, Libros de la Araucaria, 2004 (en colaboración). Sobre teoría y práctica de la narración.

¿Qué pienso de la novela?

En retrospectiva, creo que disfrute mucho más de la investigación y redacción de las dos partes del examen (una oral a modo de clase para nuestros compañeros de curso, y otra escrita, o sea la reseña de arriba) que la lectura en sí.
Hay dos maneras de interpretar y valorar una obra literaria (según creo, claro):
a)   Desde lo técnico, es decir, desde la teoría literaria. Analizamos los recursos, la narrativa, la manera en que el autor nos presenta los indicios (pistas de lo que ocurrió u ocurrirá), y de cómo lleva cada acontecimiento hasta el desenlace. Si se ajusta a las normas de un género, etc.
b)   Desde la lectura pasional. Si nos enganchó, si nos sorprendió. En fin, si nos entretiene.
Desde lo técnico, esta novela es impecable. Los indicios están muy bien dispuestos, de manera que al finalizar la lectura, todo encaja perfectamente y nos preguntamos “¿cómo no lo vi venir?”. Los personajes están muy bien definidos y caracterizados y las relaciones entre ellos realistas. Los temas y motivos son muy interesantes porque forman una parte esencial de la trama; no sobran y están muy bien desarrollados.
Desde lo pasional, debo ser honesta: por momentos me aburrió. Ese tiempo transcurrido entre el carnaval de 1927 y el de 1930 se pone un poco denso por momentos. Nos cuentan a vida de Emilio, sus vivencias con amigos, su relación con Clara y el padre de ella que es un conocido brujo de la zona y que trata de sacar a Emilio del submundo criminal en el que está metido y retornarlo “al buen camino”. En este espacio de tres años se nos van dando las pistas de lo que pasó en 1927 de forma muy esporádica y sumergidas en la cotidianeidad de la vida de un joven en su camino a ser un hombre. Si lo que se busca es una novela dinámica y entretenida, esta no es la mejor opción.

¿Vale la pena leerla?


Si, lo vale y mucho. Es uno de los referentes de género fantástico que logra hacernos pensar y analizar todo lo ocurrido sin llegar nunca a saber si lo que pasa es ordinario o extraordinario y mágico, de alguna manera. Los personajes son variados y bien definidos. El misterio de lo que pasa en los carnavales de 1927 es un punto fuerte tanto para el lector como para el protagonista y, aún al ir conociendo a lo largo de la novela a los personajes, el final sorprende.
Todo lo bueno de esta novela solo se podría ver opacado por esos momentos tan normales y cotidianos, que pareciera no aportan nada a la historia. Digo “pareciera” porque si aportan ya que esto no es evidente hasta el final.